3 de abril de 2009

Sida Mental, de Lionel Tran




Estaba pensando en autodescomponerme en pequeños trocitos para luego lanzarlos al universo y contemplar su desintegración rizomática cuando me encontré con este libro entre mis manos. Lo coloqué en paralelo a mi corazón y tangencialmente a mi médula ósea y miré la portada. Luego lo abrí y un par de frases salieron de las páginas y me golpearon el duodeno, pum, para luego pasar a mi colon, y desde allí desintegrarse en el aire viciado del almacén. Olvidé qué frases eran porque después me leí todo el libro y ya todas las frases y párrafos forman parte de mi desastre esquemático. Por eso hablo de este libro. Porque, a pesar de que el título no me sugestionó, ya que ignora el lenguaje pangeico, encontré algo dentro que no suelo encontrar. Y no es literatura, sino su adyacente: mediocridad. Mediocridad deluxe. La mediocridad narrada de forma excelsa siempre me ha parecido mucho más recomendable que lo excelso narrado de forma mediocre. Ahora mis flujos y fluidos son mucho más solidarios, y puedo reflexionar acerca de, por ejemplo, cómo los libros de Periférica son mucho más “caballo de troya” que los mismos libros de la editorial Caballo de Troya. Quizás por eso su editor, Constantino Bértolo, ha editado su libro “La cena de los notables” en Periférica. Y me refiero no solo al formato: libros pequeñitos, de colores ocres o yema de huevo a punto de pan.

Descubrir que Lionel Tran es guionista de comics, además de editor de su propia y transgresora pequeña editorial, Terrenoire, no hace más que añadirle puntos varios a su skill multidisciplinar. Uno se encuentra más acompañado, menos solo, menos deudor de la carencia y de la cadencia. Uno se atreve incluso a reseñarlo, a recomendarlo en voz bajita cuando me encuentro solo pero menos solo, a media luz y con un cuarto de cigarrillo prendido en el pulmón izquierdo, ese, sí, el que sufre más los latidos de las viviendas de protección oficial.

1 comentario:

Constantino dijo...

Estoy de acuerdo, y más si lees Un paseo solitario de Gul Y. Davis o Feliz Humo de javier Codesal. Dos joyas más de Periférica.